
En 2025, las grabadoras de voz han dejado de ser un dispositivo obsoleto para convertirse en una herramienta esencial para profesionales que buscan maximizar su productividad. Gracias a la integración de inteligencia artificial, estas grabadoras ahora ofrecen funciones avanzadas como transcripción automática, resúmenes inteligentes y traducción en tiempo real. Empresas como Plaud y Alibaba están liderando esta transformación, ofreciendo dispositivos que se adaptan a las necesidades de diversos sectores.
Plaud, una startup con sede en San Francisco y Shenzhen, ha vendido más de un millón de unidades desde 2023. Su modelo de negocio combina hardware de alta calidad con suscripciones que desbloquean funciones avanzadas. El NotePin, por ejemplo, es un dispositivo compacto que permite grabar conversaciones y convertirlas en transcripciones ordenadas y resúmenes automáticos. La aplicación asociada ofrece búsquedas inteligentes dentro del contenido grabado, lo que facilita la gestión de información en reuniones largas o entrevistas técnicas. Los precios de los dispositivos de Plaud varían entre 169,90 euros y 189 euros, con planes de suscripción que incluyen opciones gratuitas y premium, como el plan Ilimitado, que cuesta 249,99 euros al año y ofrece grabación y transcripción continua.
Alibaba, por su parte, ha lanzado el A1, una grabadora con IA que destaca por su capacidad para transcribir y traducir conversaciones en más de 100 idiomas. Este dispositivo, que cuesta alrededor de 60 euros, es una opción económica y accesible, ideal para mercados emergentes. El A1 utiliza el laboratorio Tongyi AI, entrenado con más de 100 millones de horas de audio, lo que garantiza una alta precisión en las transcripciones y traducciones. Sin embargo, por ahora solo está disponible en China, lo que limita su alcance global.
El resurgimiento de las grabadoras de voz con IA no está exento de desafíos. Uno de los más importantes es la privacidad. En muchos países, grabar conversaciones sin el consentimiento de todas las partes puede ser ilegal y acarrear multas significativas. Plaud ha intentado abordar este problema incluyendo una luz indicadora que se enciende cuando el dispositivo está grabando, pero el debate sobre el consentimiento y la privacidad sigue abierto. Además, el almacenamiento de datos es otro tema crítico. Plaud almacena la información en servidores en Estados Unidos, mientras que Alibaba lo hace en China, lo que genera preocupaciones sobre el acceso gubernamental a los datos y la soberanía de la información.
Otro desafío es la competencia de gigantes tecnológicos como Apple y Google, que podrían integrar funciones similares en sus asistentes de voz. Sin embargo, hasta ahora, estas empresas no han logrado ofrecer la misma precisión y especialización que las grabadoras de Plaud y Alibaba. Esto ha permitido que estas startups se posicionen como líderes en un mercado que valora la eficiencia y la productividad.
El futuro de las grabadoras de voz con IA dependerá de su capacidad para seguir innovando y adaptándose a las necesidades de los usuarios. También será crucial cómo manejen los desafíos de privacidad y regulación, especialmente en sectores altamente regulados como la salud. Finalmente, su éxito dependerá de si logran expandirse a nuevos mercados y demostrar que son más que un simple complemento a los smartphones, sino herramientas especializadas que pueden transformar la forma en que trabajamos.