
El profesor Avi Loeb, astrofísico de la Universidad de Harvard y una de las figuras más controvertidas en el estudio de la vida extraterrestre, ha emitido una advertencia que ha sacudido a la comunidad científica: el objeto interestelar 3I/ATLAS, descubierto el 1 de julio de 2025, podría ser una nave nodriza extraterrestre con capacidad para desplegar sondas o incluso armas. Según los cálculos de Loeb, este objeto podría acercarse a la Tierra entre el 21 de noviembre y el 5 de diciembre de 2025, una fecha que ha generado preocupación y especulación en todo el mundo.
Loeb basa su hipótesis en una serie de anomalías que hacen de 3I/ATLAS un objeto único. En primer lugar, su tamaño, estimado entre 20 y 30 kilómetros de diámetro, es inusualmente grande para un cuerpo interestelar. Según el astrofísico, la probabilidad de detectar un objeto de este tamaño antes que millones de otros más pequeños es inferior al 0.2%, lo que sugiere que podría tratarse de algo más que un simple cometa. Además, 3I/ATLAS presenta una órbita retrógrada, es decir, se mueve en dirección opuesta a la de los planetas del sistema solar, y su trayectoria está alineada de manera sospechosa con el plano orbital de la Tierra. Estas características, según Loeb, son demasiado improbables para ser casuales y podrían indicar un origen artificial.
Otro aspecto que ha llamado la atención de Loeb es la falta de actividad cometaria en 3I/ATLAS. A diferencia de otros cometas, este objeto no emite gases ni desarrolla una cola visible, lo que podría indicar que es una estructura tecnológica diseñada para resistir las condiciones del espacio interestelar. En un artículo publicado en arXiv, Loeb y sus colegas sugieren que 3I/ATLAS podría ser una sonda de reconocimiento enviada por una civilización avanzada, siguiendo una estrategia similar a la descrita en la hipótesis del bosque oscuro, que propone que las civilizaciones avanzadas podrían mantenerse en silencio para evitar ser detectadas por otras potencialmente hostiles.
Loeb ha advertido que 3I/ATLAS pasará detrás del Sol en octubre de 2025, lo que dificultará su observación desde la Tierra durante un período crítico. Este «apagón» visual podría ser aprovechado por una hipotética nave nodriza para preparar el despliegue de sondas o dispositivos sin ser detectada. El científico ha comparado esta situación con una emboscada militar, donde el factor sorpresa es clave. «Enfrentarse a un visitante extraterrestre con tecnología avanzada podría ser similar a la experiencia de la defensa aérea iraní cuando aparecieron los bombarderos B-2 estadounidenses: silenciosos, discretos y extremadamente potentes», explicó Loeb.
Aunque la NASA y la mayoría de los astrónomos consideran que 3I/ATLAS es un cometa interestelar sin mayor riesgo para la Tierra, Loeb insiste en que la comunidad científica debe tomar en serio la posibilidad de que se trate de un artefacto tecnológico. Para respaldar su postura, ha propuesto la creación de una escala de riesgo para objetos interestelares, donde «0» representaría un objeto natural confirmado y «10» un artefacto tecnológico verificado. Según esta escala, 3I/ATLAS merecería una evaluación urgente, dado que su comportamiento y características no encajan con lo esperado de un cuerpo natural.
La advertencia de Loeb ha generado un intenso debate. Mientras algunos científicos, como Chris Lintott de la Universidad de Oxford, han calificado sus afirmaciones como «absolutamente absurdas» y un «insulto al trabajo serio» que se realiza para estudiar estos objetos, otros reconocen que, aunque improbable, la hipótesis de Loeb no puede ser descartada sin un análisis más profundo. El astrofísico ha respondido a sus críticos argumentando que, en ciencia, las teorías audaces a menudo han llevado a descubrimientos revolucionarios, y que ignorar la posibilidad de un origen artificial sería un error. «La apuesta de Pascal nos enseña que es mejor prepararse para lo peor, incluso si la probabilidad es baja. En este caso, las consecuencias de no estar preparados podrían ser catastróficas», declaró Loeb.
Mientras el mundo espera el acercamiento de 3I/ATLAS, Loeb ha instado a los gobiernos y agencias espaciales a formar grupos de trabajo multidisciplinarios, integrados por científicos, políticos y psicólogos, para evaluar los posibles escenarios y preparar una respuesta coordinada. También ha sugerido que la NASA intente interceptar el objeto con su nave Juno, actualmente en órbita alrededor de Júpiter, para obtener datos más precisos sobre su composición y origen. «No podemos permitirnos el lujo de ignorar esta posibilidad. Si 3I/ATLAS es artificial, la humanidad debe estar preparada para cualquier eventualidad, ya sea un contacto pacífico o una amenaza», concluyó el astrofísico.