El oro inició la semana con un leve aumento del 0,4%, cotizando en 4.017,13 dólares por onza, en un mercado donde la cautela de la Reserva Federal (Fed) y la reducción de tensiones comerciales entre Estados Unidos y China están limitando su potencial alcista. Aunque el metal precioso logró cerrar octubre con ganancias cercanas al 4%, su desempeño en noviembre ha sido debilitado por la incertidumbre sobre los próximos movimientos de la Fed y la distensión en las relaciones comerciales globales. La semana pasada, el oro registró su segunda caída semanal consecutiva, con una pérdida superior al 2%, lo que refleja el escepticismo de los inversores ante un entorno económico aún inestable.
El recorte de 25 puntos básicos en las tasas de interés anunciado por la Fed la semana pasada no fue suficiente para impulsar al oro, ya que el presidente Jerome Powell advirtió que nuevos recortes «no son una conclusión inevitable». Este tono cauteloso ha llevado a los mercados a ajustar sus expectativas, reduciendo las probabilidades de un nuevo recorte en diciembre. Como resultado, el índice dólar se ha mantenido cerca de sus máximos de tres meses, lo que ha encarecido el oro para los compradores internacionales y ha limitado su atractivo como activo refugio. Además, la reunión entre Donald Trump y Xi Jinping en Busan, donde ambos líderes acordaron reducir aranceles y mejorar el acceso a los mercados, ha aliviado las tensiones comerciales que venían presionando a la economía global. Este acuerdo, aunque aún preliminar, ha disminuido la demanda de activos refugio, como el oro, que suele beneficiarse en períodos de incertidumbre geopolítica.
Mientras el oro se mantiene en un rango lateral, otros metales preciosos como la plata y el platino han registrado ganancias más sólidas. Los futuros de la plata avanzaron un 1,1%, hasta los 48,705 dólares por onza, mientras que el platino subió un 1,8%, hasta los 1.603,60 dólares por onza. En contraste, los metales industriales como el cobre se han visto afectados por la desaceleración en la actividad manufacturera de China, donde el sector creció menos de lo esperado en octubre. El futuro del oro en las próximas semanas dependerá de si la Fed mantiene su postura restrictiva o si las tensiones comerciales vuelven a escalar. En un escenario de estabilidad económica y distensión geopolítica, el metal precioso podría seguir enfrentando dificultades para recuperar su impulso alcista. Sin embargo, cualquier señal de nuevos recortes de tasas o un aumento en las tensiones globales podría reactivar su atractivo como activo refugio.


