El ministro de Turismo, David Collado, dio un paso decisivo en la transformación de Boca Chica al entregar este miércoles un edificio completamente nuevo para la Policía Turística (Politur) y anunciar el inicio de dos proyectos adicionales que, en conjunto, representan una inversión superior a los RD$70 millones. Estas iniciativas, impulsadas por el Comité Ejecutor de Infraestructuras en Zonas Turísticas (Ceiztur), buscan no solo modernizar la infraestructura del destino, sino también redefinir su modelo turístico, priorizando la sostenibilidad, la seguridad y la participación comunitaria.
El acto, realizado con la presencia de autoridades locales y líderes comunitarios, fue una demostración del compromiso del gobierno por convertir a Boca Chica en un destino que no solo atraiga a más turistas, sino que también eleve la calidad de vida de sus habitantes. Collado, en su intervención, dejó claro que el turismo debe ser una herramienta de desarrollo integral: «Queremos un turismo que no solo llene hoteles, sino que también genere empleo, mejore los servicios públicos y fortalezca el sentido de pertenencia de los bocachicenses», afirmó, resaltando que el verdadero éxito de un destino se mide por su capacidad para integrar a la comunidad en su crecimiento.
Uno de los proyectos más destacados fue la inauguración del edificio de Politur, construido con una inversión de RD$29.5 millones. Esta infraestructura no solo reforzará la seguridad en la zona, sino que también se convertirá en un punto de referencia para los turistas, ofreciendo asistencia y orientación durante su estancia. La presencia de Politur es clave para garantizar un ambiente seguro y ordenado, especialmente en un destino que, durante la temporada alta, recibe un flujo constante de visitantes nacionales e internacionales.
Pero el plan de modernización de Boca Chica va mucho más allá. También se dio inicio a la reconstrucción del Parque Infantil Boca Chica, un proyecto valorado en RD$18.8 millones que transformará un área de 1,222 metros cuadrados en un espacio moderno, accesible y familiar. El parque contará con juegos infantiles renovados, áreas peatonales bien definidas, rampas de acceso para personas con discapacidad, iluminación eficiente y un diseño paisajístico que se integrará armoniosamente con el entorno. Este tipo de inversiones, aunque a veces no reciben la misma atención que los grandes proyectos hoteleros, son esenciales para construir una comunidad más unida y con mayores oportunidades de recreación.
Otro de los proyectos que generó gran expectativa fue la remodelación de la Parroquia San Rafael Arcángel, con un presupuesto de RD$22.8 millones. Esta iniciativa no solo busca preservar el patrimonio religioso y cultural de Boca Chica, sino también convertir este espacio en un centro de encuentro comunitario. Las mejoras incluirán la redistribución de los espacios internos para optimizar su uso, la creación de un área administrativa y un salón de eventos para celebraciones locales, así como la renovación de baños públicos, mobiliario e iluminación. Además, se realizarán mejoras en las áreas externas para que la parroquia sea un punto de referencia tanto para los feligreses como para los turistas que buscan conocer la autenticidad cultural del destino.
Lo que hace especialmente valioso este conjunto de proyectos es que forman parte de una visión estratégica más amplia, que busca posicionar a Boca Chica como un destino turístico competitivo, seguro y sostenible. El Ministerio de Turismo, a través del Ceiztur, ha identificado a este municipio como una prioridad dentro de su plan de desarrollo, reconociendo su potencial no solo como un lugar de sol y playa, sino también como un espacio donde la cultura, la comunidad y el turismo pueden florecer juntos. Esto se alinea con otras iniciativas nacionales, como la reciente alianza con Alex Rodríguez para invertir mil millones de dólares en Playa Grande, que demuestran el fuerte impulso que el gobierno está dando al sector turístico.
El impacto de estas obras trasciende lo meramente económico. Representan una apuesta decidida por un turismo que no solo genere divisas, sino que también redistribuya sus beneficios entre los actores locales, creando un círculo virtuoso de desarrollo. Para los residentes de Boca Chica, esto significa más empleo, mejores servicios y una mayor sensación de orgullo por su comunidad. Para los turistas, implica la garantía de que su experiencia será segura, auténtica y memorable, en un destino que está comprometido con su propia evolución.
En un momento en que el turismo se consolida como uno de los pilares de la economía dominicana, iniciativas como estas son un recordatorio de que el verdadero progreso se logra cuando las inversiones públicas se traducen en mejoras tangibles para las comunidades. Con proyectos como los presentados este miércoles, Boca Chica no solo recupera su lugar como un destino turístico de primer nivel, sino que también se proyecta como un modelo de desarrollo integral, donde la infraestructura, la comunidad y el medio ambiente avanzan de la mano.
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