Peajes en Manhattan: Aprobación definitiva y controversia con Trump como factor de incertidumbre
La implementación de la tarifa de congestión para circular por Midtown y el Bajo Manhattan a partir del 5 de enero de 2025 ha recibido la aprobación final del gobierno federal, marcando un hito en la historia del tráfico urbano en los Estados Unidos. Sin embargo, esta medida, que busca financiar mejoras en el transporte público, reducir accidentes y mejorar la calidad del aire en Nueva York, enfrenta una oposición significativa, tanto en el ámbito legal como político.
Luz verde al proyecto tras años de planificación
La Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA), junto con las autoridades de transporte estatales y locales, culminaron los procedimientos legales necesarios con la firma del “Programa Piloto de Precios por Valor” (Value Pricing Pilot Program). Este documento habilita la activación oficial de la tarifa de congestión (CBDTP, Central Business District Tolling Program). No obstante, aún persisten nueve demandas legales en su contra, y algunos opositores, incluido el estado vecino de Nueva Jersey, buscan frenar su implementación.
Trump y su posible intervención
La situación adquiere una dimensión política con la próxima asunción de Donald Trump a la presidencia el 20 de enero de 2025. Trump ha manifestado su rechazo al programa, y aunque algunos expertos consideran que sería complicado revertir una iniciativa ya en funcionamiento, no descartan que intente hacerlo. Las opciones incluyen revocar la aprobación federal o condicionar fondos federales destinados a la ciudad. Esto podría desencadenar prolongadas batallas legales.
El contexto político es tan relevante que cinco congresistas republicanos de Nueva York han solicitado formalmente a Trump que bloquee la medida, sumándose a un clima de creciente tensión entre partidarios y detractores del programa.
Detalles del cobro de peajes
La tarifa de congestión, primera en su tipo en los Estados Unidos, aplicará a los vehículos que ingresen al área comprendida entre Central Park South (60th St) y el Distrito Financiero de Manhattan. Los precios oscilarán según el tipo de vehículo, los ingresos del conductor y el horario de tránsito:
• Automóviles: $9 diarios, con descuentos nocturnos de hasta $2 entre las 9 p.m. y las 5 a.m.
• Camiones y autobuses grandes: Hasta $21.60 diarios.
• Descuentos para quienes utilicen cruces ya tarifados, como los túneles Holland o Lincoln.
Además, se han establecido beneficios para conductores con ingresos menores a $50,000 anuales, quienes recibirán tarifas reducidas.
Revisión de costos y resistencia pública
Inicialmente, el costo diario propuesto era de $15, pero la gobernadora Kathy Hochul redujo este monto al 40%, dejando el precio en $9, con la intención de aliviar las críticas y generar mayor aceptación. No obstante, el programa continúa siendo blanco de controversias. Entre los argumentos en contra, destaca la preocupación por su impacto en trabajadores de bajos ingresos, pequeñas empresas y quienes dependen del automóvil para trasladarse a Manhattan.
El estado de Nueva Jersey ha presentado una de las demandas más prominentes, alegando que la tarifa representa una carga excesiva para sus residentes que trabajan en Nueva York.
Impacto esperado y metas a largo plazo
El programa de peajes busca alcanzar varios objetivos interrelacionados, como reducir la congestión vehicular, mejorar la seguridad vial y generar ingresos para modernizar el sistema de transporte público de Nueva York. Según la MTA, los ingresos se destinarán a proyectos clave, entre ellos:
• Extender la línea de metro de la 2da Avenida en Manhattan.
• Modernizar señales y sistemas ferroviarios.
• Incrementar la accesibilidad con la instalación de ascensores en estaciones.
La MTA espera que estos proyectos sean financiados, en parte, por los más de $1,000 millones anuales que se prevé recaudar con los peajes.
¿Qué sigue?
Mientras los neoyorquinos se preparan para la entrada en vigor de la tarifa, los desafíos legales y políticos podrían retrasar su implementación. Las demandas contra el programa, sumadas a la incertidumbre política con la llegada de Trump al poder, son factores que podrían alterar significativamente el cronograma previsto.
A pesar de las críticas, la MTA insiste en que los beneficios del programa superarán los inconvenientes. Según su director ejecutivo, Janno Lieber, “con años de análisis, reuniones comunitarias y estudios detallados, los neoyorquinos están listos para disfrutar de menos tráfico, calles más seguras y un aire más limpio.”
El debate sobre la tarifa de congestión no solo refleja la complejidad de implementar políticas innovadoras en un entorno urbano denso como Manhattan, sino también cómo las dinámicas políticas pueden influir en iniciativas diseñadas para el bien común.
Por: Francisco Núñez, franciscoeditordigital@gmail.com